Por Franco Cerutti
Hoy he ido con mi esposa en un restaurante en Escazú Village. Es un restaurante estilo BBQ coreano, no voy a mencionar el nombre ya que no quiero hace ni publicidad ni anti publicidad. Lo seguro es que nos ha gustado bastante y seguramente volveremos… peeeero, yo tango unas “alergias”: odio cuando voy en un restaurante y los camareros comienzan a hablarme de proteínas y fibras como si les interesara si yo cago bien o cago mal. Y exactamente esto me sucedió: me tocó el camarero con el síndrome del nutricionista.
A raíz de lo anterior escribo este breve articulillo semi humorístico.
Un fuerte abrazo a todos mis seguidores.
¿Alguna vez has ido a un restaurante y te has encontrado con un camarero obsesionado con las proteínas y la fibra? No sé tú, pero yo creo que estos camareros se preocupan más por mis movimientos intestinales que por mi satisfacción gastronómica.
Entrar a un restaurante debería ser un momento de disfrute y relajación, no una consulta con un nutricionista. Pero estos camareros no pueden evitar hablar sobre la cantidad de proteínas y fibras que tiene cada plato. Y lo peor es que lo hacen con tanto entusiasmo que casi podrías pensar que ellos mismos están a dieta.
No es raro que estos camareros te den recomendaciones de platos que «ayudarán a tu digestión» o te pregunten si necesitas «algo para regular tu tránsito intestinal». ¡Por Dios, yo solo quiero comer! No necesito que me recuerden mi triste existencia como ser humano que necesita ir al baño.
Y no te equivoques, estos camareros no son tímidos al hablar de temas relacionados con el sistema digestivo. Una vez fui a un restaurante y un camarero se ofreció a explicarme la importancia de la fibra mientras hacía una demostración con un palo de escoba. Sí, lo sé, suena extraño, pero así fue.
Además, estos camareros parecen estar obsesionados con los batidos de proteínas. Como si fuera una especie de culto, te insisten en que pruebes el batido que venden en el restaurante. «Es la mejor manera de obtener tus proteínas», te dicen. Pero lo que realmente quiero es una buena comida, no un batido que parezca comida de astronauta.
En resumen, si te encuentras con uno de estos camareros obsesionados con las proteínas y la fibra, solo recuerda que estás ahí para disfrutar de la comida, no para recibir una lección de nutrición. Y si realmente quieres mejorar tu tránsito intestinal, come más frutas y verduras. No necesitas la ayuda de un camarero entusiasta.
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