Por Franco Cerutti
Siento una profunda indignación y un absoluto desacuerdo ante la reciente y absurda decisión de la «Corte d’Appello» italiana de eliminar los términos «madre» y «padre» de los documentos de identidad, sustituyéndolos por la ridícula y despersonalizada nomenclatura de «genitore 1» y «genitore 2».
Este es otro golpe bajo y estúpido propinado por una izquierda ideologizada que, obcecada en sus delirios deconstructivos, una vez más prioriza las percepciones subjetivas por encima de la innegable realidad biológica y genética. ¿Desde cuándo la identidad de un niño se reduce a una fría etiqueta numérica? ¿Desde cuándo la verdad científica y la ancestral estructura familiar son desechadas en aras de una nebulosa inclusión forzada?
La izquierda, en su afán por imponer una visión del mundo que niega las evidencias más elementales, pretende borrar de un plumazo la figura fundamental de la madre y del padre. Estas no son meras construcciones sociales desechables, sino pilares biológicos y emocionales en la vida de todo ser humano. Negar esta realidad en un documento de identidad es un acto de profunda ignorancia y una falta de respeto hacia la historia, la ciencia y el sentido común.
Esta decisión no es un avance hacia la igualdad, sino una patética claudicación ante las presiones de una minoría que busca imponer su visión particular a toda la sociedad. ¿Acaso alguien se siente menos reconocido o discriminado por tener una madre y un padre claramente identificados en su documentación? La verdadera discriminación radica en desdibujar la realidad de la filiación, confundiendo y desorientando a las futuras generaciones.
Es hora de alzar la voz con firmeza contra esta deriva ideológica que atenta contra los fundamentos de nuestra sociedad. La familia, basada en la unión de un hombre y una mujer que dan vida, sigue siendo el núcleo esencial para el desarrollo sano y equilibrado de los individuos. Intentar redefinir artificialmente esta realidad en documentos oficiales es un acto de soberbia intelectual y una grave irresponsabilidad social.
¡Basta ya de priorizar las percepciones por encima de los hechos! ¡Basta ya de ceder ante las imposiciones de una izquierda que parece vivir en un universo paralelo! Exijo que se revierta esta decisión absurda y se restablezcan los términos «madre» y «padre» en los documentos de identidad, honrando así la verdad biológica y el valor insustituible de la maternidad y la paternidad.

Deja tu comentario