I Napoletani.
Por Franco Cerutti Durante la visita de Hitler a Nápoles en 1938, una gran multitud se alineó a lo largo de Via Caracciolo esperando su paso en un coche descubierto. Cuando el Führer subió al coche y extendió el brazo en señal de saludo nazi, una voz no identificada del público rompió el silencio