Por Franco Cerutti
«La paz de cuando te da igual. No tiene precio.» ¿Cuántas veces hemos escuchado esta frase? Y, lo que es más importante, ¿cuántas veces hemos deseado vivir en ese estado de completa indiferencia? ¡Oh, la dulce utopía de la indiferencia! Ese lugar donde los problemas no te afectan, donde los dilemas se desvanecen como un mal chiste, y donde las preocupaciones se evaporan como el agua en el desierto. Pero, ¿qué es realmente la «paz de cuando te da igual,» y por qué no tiene precio? Vamos a explorar este tema con un toque de humor.
La Rivalidad de los Yogurts:
Imagina esta situación: estás en el supermercado, frente a una interminable variedad de yogures. Hay yogures con frutas, yogures sin azúcar, yogures con proteínas, yogures con probióticos, yogures con mensajes inspiradores en el envase… la lista es infinita. Tu mente empieza a colapsar, y sientes una presión abrumadora. ¡De repente, te das cuenta de la verdad! La paz de cuando te da igual es real.
En este estado de indiferencia absoluta, te enfrentas a los yogures como si fueran simples contenedores de leche fermentada y no como una encrucijada existencial. Agarras el primero que ves, y ni siquiera miras el precio. ¿Por qué? Porque te da igual. Esa pequeña batalla de los yogures ya no es relevante en tu vida. Has alcanzado un nivel superior de serenidad.
El Debate Político:
En el mundo de la política, la «paz de cuando te da igual» es una bendición. Imagina que estás viendo un debate político en la televisión. Los candidatos se lanzan acusaciones mutuas, prometen cambiar el mundo, y en general, actúan como si fueran la última esperanza de la humanidad. En tu estado de indiferencia, puedes disfrutar del espectáculo como si fuera una comedia. Sus promesas son como chistes, y sus argumentos son como malabares retóricos.
La indiferencia te permite ver a través de la fachada de la política y apreciar la verdadera comedia que se esconde detrás. Te ríes cuando prometen solucionar problemas que sabes que nunca se resolverán, y te burlas de sus intentos desesperados de ganarse tu voto. La política se convierte en una especie de reality show absurdo, y tú eres el espectador más relajado del mundo.
El Estrés Laboral:
El trabajo puede ser una fuente constante de estrés, a menos que te encuentres en el estado de «paz de cuando te da igual.» Cuando te preocupas demasiado por tu trabajo, cada tarea se convierte en una montaña imposible de escalar. Pero en el estado de indiferencia, el trabajo se convierte en una especie de juego. Haces lo que puedes, sin preocuparte por los resultados. Los plazos son solo sugerencias, y las reuniones son oportunidades para practicar tu habilidad de mantener una expresión seria mientras piensas en lo absurdo que todo parece.
Cuando te da igual, incluso puedes disfrutar de esos correos electrónicos interminables y de las llamadas de conferencia interminables. Todo es simplemente parte del paisaje, como las nubes en el cielo o los anuncios en la televisión. Nada puede perturbarte, porque te da igual.
En resumen, la «paz de cuando te da igual» es un estado de mente en el que las preocupaciones y los problemas de la vida cotidiana simplemente no te afectan. Es un lugar de serenidad absoluta, donde todo es visto a través de la lente del humor y la indiferencia. Aunque no tiene precio, es un estado al que todos aspiramos en algún momento de nuestras vidas. Así que la próxima vez que te encuentres frente a una elección difícil o un problema aparentemente insuperable, recuerda esta frase: «La paz de cuando te da igual. No tiene precio.» Y luego, relájate y ríete de la absurda comedia que es la vida.
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