Por Franco Cerutti
Amigos y amigas del reino de los dispositivos inteligentes, hoy vamos a adentrarnos en una selva digital llena de risas, desconcierto y un toque de absoluta locura: ¡el mundo del autocorrector! Esa herramienta tan querida como temida que nos hace preguntarnos si nuestros celulares son realmente tan inteligentes como afirman.
¿Alguna vez has intentado escribir un mensaje importante, con toda la intención de lucir súper profesional, y de repente, tu teléfono decide que en lugar de «reunión», lo que realmente necesitabas escribir era «reptilión»? ¡Claro! Totalmente lo mismo. Y es que el autocorrector tiene la maravillosa capacidad de convertir tus palabras en una versión bizarra y extravagante de sí mismas.
No hay experiencia más emocionante que tratar de enviarle a tu madre un mensaje cariñoso para decirle cuánto la amas y que el autocorrector transforme tu dulce «te amo» en un desconcertante «te almo». ¡Sí, porque todos sabemos que los almuerzos también necesitan amor y aprecio!
Y hablemos de esos momentos en los que el autocorrector decide que estás aburrido de usar palabras simples y necesitas un poco de emoción lingüística. Entonces, en lugar de escribir «voy a casa», tu teléfono cree que deberías escribir «boy a caja». ¡Claro, porque todos sabemos que las cajas son el destino de moda para un sábado por la noche!
Pero la verdadera diversión comienza cuando estás tratando de expresar un concepto complejo y tu autocorrector decide que no tienes idea de lo que estás hablando. Intentas explicarle a tu amigo que estás en una «situación comprometida», pero tu teléfono insiste en que lo correcto es «situación cromada». Sí, porque todos sabemos que las situaciones cromadas son el dilema existencial de nuestra era.
¿Recuerdas cuando estabas tratando de organizar una cena con amigos y, en lugar de preguntar «¿Dónde nos encontramos?», tu autocorrector pensó que sería genial preguntar «¿Dónde nos encontramos pingüinos?». Sí, porque todos sabemos que los pingüinos son expertos en elegir puntos de encuentro.
Y no podemos olvidar esos momentos en los que el autocorrector decide que te conoces a ti mismo mejor de lo que realmente te conoces. Estás escribiendo un mensaje sobre tu amor por el café y, de repente, el autocorrector te asegura que en realidad querías hablar sobre tu «amo por el cartero». ¡Claro, porque todos sabemos que los carteros son los verdaderos amores de nuestras vidas!
En resumen, el autocorrector es como esa amiga que siempre tiene una interpretación «única» de todo lo que dices. Aunque a veces nos haga cuestionar nuestra propia cordura, también nos brinda momentos de risas y alegría en medio de la confusión. Así que la próxima vez que te encuentres lidiando con palabras extrañas e inesperadas en tus mensajes, recuerda que estás viviendo en un mundo donde incluso los pingüinos pueden ser parte de una conversación sobre cenas. ¡Vivan las locuras del autocorrector!
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