Por Franco Cerutti
En esta aventura desquiciante que llamamos vida, nos encontramos en un constante baile con los problemas. Ya sea que estemos tratando de resolver el dilema de qué cenar esta noche o enfrentando los misteriosos enigmas del universo, siempre parecemos estar buscando la solución perfecta. Sin embargo, hay una técnica magistral que pocos maestros del caos conocen y utilizan con maestría: ¡crear más problemas para evitar enfrentar los anteriores!
Es un fenómeno tan común que seguramente lo has experimentado en carne propia. Estás frente a un problema desafiante, te arañas la cabeza tratando de encontrar la solución, pero de repente, una brillante idea cruza tu mente: «¡Hey, en lugar de resolver esto, puedo crear otro problema y así dejaré de pensar en el primero!» Y así, sin pensarlo dos veces, procedes a generar un torbellino de nuevos dilemas que hacen que el problema original parezca un juego de niños.
El primer paso en esta maravillosa estrategia es, por supuesto, la negación. ¿Quién necesita enfrentar problemas difíciles cuando puedes simplemente fingir que no existen? ¡Es más fácil de lo que parece! Solo necesitas un par de orejeras emocionales y voilà, los problemas desaparecen mágicamente. Sin embargo, cuando la negación ya no es suficiente, es hora de entrar en la fase de la creatividad descontrolada.
Imagina que tienes un informe crucial para entregar en el trabajo, pero en lugar de enfrentar esa montaña de números y gráficos, decides organizar una fiesta sorpresa para tu perro. Sí, ¡una fiesta para tu querido amigo peludo! Aunque pueda sonar absurdo, piénsalo detenidamente. ¿Quién necesita un ascenso cuando tu perro te mira con esos ojitos suplicantes esperando un sombrero de fiesta?
Una vez que te adentras en la creación de nuevos problemas, las posibilidades son infinitas. Puedes comenzar a aprender malabarismo mientras ignoras tus deudas, unirte a un club de teatro en lugar de enfrentar tu desordenada habitación o incluso tejer suéteres para pájaros callejeros en lugar de estudiar para ese examen que tanto temes. ¡Las opciones son tan amplias como tu imaginación lo permita!
El secreto de esta técnica radica en la habilidad para mantener múltiples problemas en el aire, como malabarista profesional. En lugar de centrarte en el problema original, te encontrarás constantemente saltando de un enredo a otro, sin darle tiempo a tu mente para procesar lo que realmente está sucediendo. Es como un circo interno en tu cabeza, donde los problemas se convierten en payasos y la risa y el caos se apoderan de ti.
Sin embargo, no todo es diversión y juegos. Llega un momento en el que los problemas olvidados se unen como un ejército vengativo, listos para atacar en el momento menos esperado. Es como si los problemas tomaran conciencia de tu intento de distraerlos y decidieran hacer una aparición estelar en tu vida, en el peor momento posible. Pero, ¿qué importa? ¡Tú eres un maestro del caos y estás dispuesto a enfrentar cualquier desafío, siempre y cuando puedas encontrar otra forma ingeniosa de esquivarlos!
En conclusión, queridos amigos, resolver problemas creando otros nuevos es una estrategia arriesgada y excéntrica que, aunque puede ser una fuente inagotable de risas y entretenimiento, eventualmente se volverá contra ti. Sin embargo, mientras tanto, disfrutemos del carnaval de situaciones ridículas y bailemos con gracia entre los dilemas. ¿Quién sabe? Tal vez, en medio de este caos desenfrenado, encontraremos la solución que nunca imaginamos.
Recuerda, no intentes esto en casa, a menos que quieras una buena dosis de diversión y algunos problemas inesperados. ¡Buena suerte, aventureros del desastre!
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