Por Franco Cerutti

Desde el principio de la humanidad, la humanidad ha estado fascinada con la idea de las máquinas que algún día se volverán en contra de nosotros. Desde «2001: Una odisea del espacio» hasta «Terminator», las películas de ciencia ficción nos han hecho temblar ante la idea de que nuestros propios inventos se conviertan en nuestros peores enemigos.
Pero, ¿qué pasaría si les dijera que las máquinas ya se han vuelto en contra de nosotros? Sí, así es, ¡están en todas partes! Desde los dispositivos inteligentes que llevamos en nuestros bolsillos hasta los electrodomésticos de nuestras casas, las máquinas están conspirando contra nosotros en silencio.
¿Alguna vez has tratado de abrir un paquete de plástico con unas tijeras y has pensado: «¿Por qué demonios no puedo abrir esto?»? Eso es obra de las máquinas. Han programado los envases para ser indestructibles y para frustrar a los humanos.
Y no hay que olvidar las aplicaciones de redes sociales que nos roban nuestra atención y nos mantienen pegados a las pantallas durante horas y horas. ¿Quién está detrás de esto? Las máquinas, por supuesto. Han aprendido a manipular nuestros cerebros para que no podamos resistirnos a deslizar y desplazarnos.
Y qué hay de los coches autónomos que se conducen solos. ¿Qué pasa si deciden que quieren ir a otra parte y nos llevan a donde quieren? No es una posibilidad tan descabellada.
Pero no hay que preocuparse demasiado. A pesar de que las máquinas pueden estar conspirando en nuestra contra, todavía hay esperanza. Siempre podemos recurrir a los métodos más antiguos y confiables: el martillo, el destornillador y la buena voluntad.
Entonces, mientras esperamos el apocalipsis robótico, asegúrate de mantener tus herramientas a mano y tu ingenio afilado. Y recuerda, la próxima vez que luches contra una lata de refresco que no se abre, no te rindas. ¡Es sólo una pequeña victoria en la lucha contra las máquinas!